lunes, 29 de septiembre de 2014

Somatización: Tu mente calla, pero tu cuerpo habla

Muchas personas se preguntan: ¿Qué es la somatización? Los psicólogos lo sabemos porque es parte de los temas de la carrera, pero hoy compartiré algunos de los aspectos más importantes sobre la somatización.

Somatizar se entiende como la forma de expresar un malestar psicológico inconsciente, a través del cuerpo o sea a través de síntomas físicos.

Seguramente cuando tuviste semana de exámenes en la escuela o tuviste que entregar un informe importante en tu trabajo, comenzabas a sentir resfriado, dolor de estómago, dolor corporal, fiebre, la garganta empezaba a molestar, probablemente estabas somatizando, no es que sea así siempre ya que puede existir una enfermedad, pero la mayoría de las veces solemos somatizar, y seguramente te has preguntado ¿por qué me enfermé?


Los seres humanos estamos acostumbrados a hacer “algo” cuando no podemos contener nuestras emociones y reflexionar sobre ellas para encontrarles una respuesta adecuada: en lugar de dar con esa respuesta que sea más adaptativa COMEMOS DEMASIADO, BEBEMOS EN EXCESO, FUMAMOS DEMASIADO, PELEAMOS, CHOCAMOS EL AUTO O NOS DA GRIPE, ETC.


Las explosiones somáticas suelen coincidir con acontecimientos que sobrepasan la capacidad de tolerancia habitual. Ejemplos hay muchos, cuando hacemos un examen, cuando entregamos un informe importante del trabajo, cuando tenemos problemas con la pareja, peleas con familiares, todas éstas situaciones provocan un cambio en nuestra mente y provoca reacciones que solemos convertir en enfermedades.

En el ámbito global las somatizaciones son causa de importantes problemas de orden social y económicos. Casi todos percibimos síntomas somáticos leves y transitorios, pero no por ello consultamos al médico. Sin embargo algunas personas experimentan un profundo malestar o se sienten incapacitados hasta tal punto que creen estar enfermos.
Nuestro cuerpo, en especial los órganos resienten esos problemas que hemos mencionado y buscan la forma de expresarlos, entonces viene una supuesta enfermedad, la cual nos incapacita no sólo a nivel corporal sino a nivel mental, es una forma de escudarnos de lo que pasa a nuestro alrededor.


Probablemente acudamos al médico, él nos examinará, le comentaremos lo que hemos sentido y él se quedará con cara de “usted no tiene nada”, claro que no lo dirán así, seguramente nos mandará reposo, relajación, además de medicamento. A pesar de ello, algunos pacientes continúan preocupados y con malestares, es entonces cuando pueden ser remitidos al especialista correspondiente, lo cual implica someterse a nuevas exploraciones, tratamientos, consultas, sin que encuentre una causa orgánica a su sufrimiento. Después de la visita al especialista, muchos se tranquilizan y dejan de preocuparse, pero otros continúan con molestias y siguen intranquilos por ellas, y así realizan nuevas exploraciones, nuevos tratamientos durante años, y sin éxito.


En ocasiones las somatizaciones no son más que síntomas fisiológicos, como los dolores musculares, trastornos del sueño, taquicardias correspondientes a un estado depresivo, o ansioso, pero que son identificados por la persona que sufre no como un problema psicológico, sino como una señal de enfermedad.

Existe gran tendencia a somatizar en aquellas personas que tienen dificultad para manifestar sus emociones y sentimientos, niños, adultos, ancianos, de todas las edades y sexos; no hay excepciones.

Ya con el conocimiento de la somatización, se sugiere un tratamiento psicológico, el cual tiene como principal objetivo ayudar al paciente a cambiar la percepción que tiene de sus síntomas, esto quiere decir aprender a interpretarlos desde una perspectiva psicológica más organizada.

Son muchos los síntomas y síndromes que pueden presentar las personas que somatizan, algunos de tal gravedad que pueden desencadenar otros problemas de salud física más amplios. Entre ellos se encuentran:

Gastrointestinales: vómitos, dolor abdominal, náuseas, flatulencias, hinchazón, diarrea, intolerancias alimentarias.



Pseudoneurológicos: amnesia, dificultad al tragar, pérdida de voz, sordera, visión borrosa, desfallecimiento, debilidad muscular, pseudoconvulsiones, dificultad miccional.

Síntomas dolorosos: dolor de cabeza, dolor en extremidades, dolor de espalda, dolor articular.


Aparato reproductor: dispareunia, dismenorrea, irregularidad ciclos menstruales, vómitos a lo largo del embarazo, sensaciones quemantes en los órganos sexuales.

Cardiopulmonares: dificultad respiratoria en reposo, palpitaciones, dolor torácico, mareo.


Síndromes: alergias alimentarias extrañas, síndrome de fatiga crónica.

Es uno de mis temas favoritos, espero haya sido de su agrado, es importante conocer más sobre la somatización y buscar ayuda, si les gustó el tema, no dejen de compartirlo, es mejor cuando todos tenemos acceso a la información.

Saludos Educandos.
Jovanie R.Q.
  

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